Löydetty 23 Tulokset: Aptos
"Haced el censo de toda la comunidad de los israelitas, por familias, de veinte años para arriba, aptos para la guerra". (Números 26, 2)
Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían grandes y numerosos rebaños. Cuando vieron que la tierra de Yazer y la de Galaad eran lugares muy aptos para la ganadería, (Números 32, 1)
pero tus siervos, aptos para la guerra, irán a las órdenes del Señor para combatir tal como nos lo has mandado". (Números 32, 27)
"Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, aptos para la guerra, pasan con vosotros el Jordán para combatir a las órdenes del Señor, una vez conquistada la tierra les daréis como herencia la tierra de Galaad. (Números 32, 29)
Se llevó también a todos los ricos, unos siete mil, y a los herreros y cerrajeros, unos mil, todos ellos hombres aptos para la guerra. (II Reyes 24, 16)
Los hijos de Rubén, los de Gad y la media tribu de Manasés, hombres guerreros, portadores del escudo y de la espada, diestros en el manejo del arco y hábiles en el arte de la guerra, en número de 44.760, aptos para las armas, (I Crónicas 5, 18)
todos hijos de Yediael, jefes de sus casas patriarcales, hombres valerosos, en número de 17.200, aptos para salir a la guerra y al combate. (I Crónicas 7, 11)
Todos éstos eran hijos de Aser, jefes de casas patriarcales, gente selecta y guerreros valerosos, jefes de príncipes; los registrados por genealogías, aptos para la guerra y el combate, sumaban 26.000 hombres. (I Crónicas 7, 40)
Amasías reunió a los de Judá y los distribuyó en familias patriarcales bajo jefes de millar y centuria, por todo Judá y Benjamín. Registró a todos los mayores de veinte años, y sumaban trescientos mil hombres escogidos, aptos para la guerra y diestros en la lanza y el escudo. (II Crónicas 25, 5)
sin defecto alguno, de buen parecer, expertos en todos los campos del saber, inteligentes y aptos para servir en el palacio real. Ordenó también que se les enseñase la escritura y el idioma de los caldeos. (Daniel 1, 4)
os haga aptos para cumplir su voluntad en toda clase de obras buenas, obrando en vosotros lo que le es agradable a sus ojos por Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. (Hebreos 13, 21)