Löydetty 44 Tulokset: Aspecto

  • El aspecto de las ruedas, su estructura, resplandecía como el crisólito. Tenían las cuatro la misma forma y parecían dispuestas como si una estuviese en medio de la otra. (Ezequiel 1, 16)

  • Por encima del firmamento que se extendía sobre sus cabezas apareció como una piedra de zafiro en forma de trono; y sobre esta especie de trono, una figura de aspecto semejante al de un hombre, que se erguía sobre él. (Ezequiel 1, 26)

  • Yo miré y vi que había cuatro ruedas al lado de los querubines, una junto a cada uno. El aspecto de las ruedas brillaba como el crisólito. (Ezequiel 10, 9)

  • Y las cuatro ruedas tenían el mismo aspecto: parecía que estaban una dentro de otra. (Ezequiel 10, 10)

  • con cinto en las caderas, amplios turbantes en sus cabezas, con aspecto de grandes señores todos ellos; eran retratos de babilonios, cuyo país de origen es Caldea. (Ezequiel 23, 15)

  • Me llevó allá; había allí un personaje de aspecto semejante al bronce, que tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie junto a la puerta. (Ezequiel 40, 3)

  • después puedes comparar nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen los manjares del rey y tratar a tus siervos con arreglo a lo que hayas visto". (Daniel 1, 13)

  • Al cabo de este tiempo su rostro apareció más bello y su aspecto más rollizo que el de todos los jóvenes que comían los manjares del rey. (Daniel 1, 15)

  • Tú, oh rey, tuviste esta visión: Ante ti se levantaba una estatua muy grande, de extraordinario esplendor y de aspecto terrible. (Daniel 2, 31)

  • El rey añadió: "Pues yo veo a cuatro hombres desatados que andan por medio del fuego, sin sufrir daño alguno; más aún, el aspecto del cuarto se parece a un hijo de los dioses". (Daniel 3, 92)

  • Entonces un ser de aspecto humano me tocó los labios. Abrí mi boca, hablé y dije a aquel que estaba delante de mí: "Señor mío, con esta aparición me invade un malestar y me quedo sin fuerzas. (Daniel 10, 16)

  • Entonces aquel personaje de aspecto humano me tocó de nuevo y me reanimó. (Daniel 10, 18)


“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina