Löydetty 277 Tulokset: Babilonia
Sólo que, al llegar a nuestra tierra Nabucodonosor, rey de Babilonia, dijimos: Vámonos a Jerusalén, para escapar del ejército de los caldeos y de los sirios, y nos hemos establecido en Jerusalén". (Jeremías 35, 11)
Y contra Joaquín, rey de Judá, dirás: Esto dice el Señor: Tú has quemado este libro, diciendo: ¿Por qué has escrito en él: Vendrá sin remedio el rey de Babilonia, devastará este país y exterminará de él hombres y animales? (Jeremías 36, 29)
Sedecías, hijo de Josías, sucedió en el trono a Jeconías, hijo de Joaquín, a quien Nabucodonosor, rey de Babilonia, había constituido rey del país de Judá. (Jeremías 37, 1)
El rey Sedecías envió a sacarlo y le interrogó en secreto en su palacio: "¿Hay alguna palabra de parte del Señor?". "Sí", respondió Jeremías; y añadió: "Tú serás entregado en manos del rey de Babilonia". (Jeremías 37, 17)
¿Dónde están ahora los profetas que os profetizaban: No vendrá el rey de Babilonia contra vosotros ni contra este país? (Jeremías 37, 19)
Esto dice el Señor: Jerusalén caerá sin remedio en manos del ejército del rey de Babilonia, que la tomará". (Jeremías 38, 3)
Jeremías dijo a Sedecías: "Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Si sales y te entregas a los generales del rey de Babilonia, salvarás tu vida, y esta ciudad no será entregada a las llamas: te salvarás juntamente con tu familia. (Jeremías 38, 17)
Pero si no sales a entregarte a los generales del rey de Babilonia, la ciudad caerá en manos de los caldeos, que la incendiarán, y tú no escaparás de sus manos". (Jeremías 38, 18)
Mira, todas las mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá serán llevadas a los generales del rey de Babilonia, y serán ellas las que exclamarán: ¡Te han engañado, han podido contigo tus buenos amigos! ¡Tus pies han hundido en el fango y ellos te han dado la espalda! (Jeremías 38, 22)
Sí, todas tus mujeres y tus hijos serán sacados a los caldeos, y tú no escaparás de sus manos, sino que caerás preso en manos del rey de Babilonia y esta ciudad será destruida por las llamas". (Jeremías 38, 23)
El año noveno de Sedecías, rey de Judá, en el mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con todo su ejército contra Jerusalén y la cercó. (Jeremías 39, 1)
Todos los oficiales del rey de Babilonia entraron y establecieron sus cuarteles en la puerta del medio: Nergal-Sareser, príncipe de Samgar, oficial mayor; Nebusasbán, alto dignatario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia. (Jeremías 39, 3)