Löydetty 2107 Tulokset: Cam

  • Al ver el anillo y los brazaletes que llevaba su hermana y al oírla contar todo lo que aquel hombre le había dicho, fue hasta él, pues estaba todavía con los camellos junto a la fuente, (Génesis 24, 30)

  • y le dijo: "Ven, bendito del Señor, ¿por qué has de quedarte afuera? Tengo ya dispuesta la casa y el lugar para los camellos". (Génesis 24, 31)

  • El hombre fue a la casa. Labán desaparejó los camellos y les dio paja y forraje; a él y a sus acompañantes les trajo agua para que se lavaran los pies. (Génesis 24, 32)

  • El Señor ha colmado de bendiciones a mi amo y le ha enriquecido mucho; le ha dado ovejas y vacas, plata y oro, criados y criadas, camellos y asnos. (Génesis 24, 35)

  • Él me respondió: El Señor, en cuya presencia he caminado siempre, enviará su ángel contigo y dará éxito a tu viaje. Tú tomarás para mi hijo una mujer de mi familia y de la casa de mi padre. (Génesis 24, 40)

  • y me responda: Bebe y sacaré también para tus camellos, sea la mujer destinada por el Señor para el hijo de mi amo. (Génesis 24, 44)

  • Y, aprisa, bajó ella el cántaro de su hombro y dijo: Bebe, y daré también agua a tus camellos. Yo bebí, y ella dio también agua a mis camellos. (Génesis 24, 46)

  • Me incliné después profundamente y adoré y bendije al Señor, Dios de mi amo Abrahán, que me había guiado por el recto camino para tomar para el hijo de mi amo a la hija de su hermano. (Génesis 24, 48)

  • Rebeca y sus siervas se levantaron, montaron sobre los camellos y siguieron a aquel hombre. Y el criado, llevando consigo a Rebeca, se fue. (Génesis 24, 61)

  • Una tarde salió a dar un paseo por el campo y, levantando los ojos, vio que se acercaban unos camellos. (Génesis 24, 63)

  • También Rebeca levantó los ojos y vio a Isaac. Bajó del camello (Génesis 24, 64)

  • y dijo al criado: "¿Quién es aquel hombre que viene por el campo hacia nosotros?". El criado respondió: "Es mi amo". Ella entonces tomó el velo y se cubrió. (Génesis 24, 65)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina