Löydetty 138 Tulokset: Contestó

  • Y él les contestó: "Puesto que el Señor ha dado éxito a mi viaje, no me entretengáis; dejadme partir para volver a mi señor". (Génesis 24, 56)

  • Y ella contestó: "¿Te parece poco haberme quitado a mi marido, que me quieres quitar también las mandrágoras de mi hijo?". Entonces Raquel dijo: "Pues bien, que Jacob duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 15)

  • Él le preguntó: "¿Cómo te llamas?". Contestó: "Jacob". (Génesis 32, 28)

  • Pero él contestó: "No pasarás". Y Edón le salió al encuentro con mucha gente fuertemente armada. (Números 20, 20)

  • Balac le contestó: "Ven conmigo a otro sitio. Desde aquí no ves más que uno de los extremos del pueblo, no lo puedes ver entero. Maldícemelo desde allí". (Números 23, 13)

  • El jefe del ejército del Señor le contestó: "Descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado". Y Josué lo hizo así. (Josué 5, 15)

  • Débora contestó: "Iré contigo; pero el camino que vas a recorrer no será gloria tuya, porque en manos de una mujer entregará el Señor a Sísara". Débora se puso en camino y, con Barac, se dirigió a Cades. (Jueces 4, 9)

  • Su compañero le contestó: "Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, de Israel. Dios ha entregado en su mano a los madianitas y a todo el campamento". (Jueces 7, 14)

  • Gedeón contestó: "Bien, cuando el Señor entregue en mi mano a Zébaj y a Salmuná, yo desgarraré vuestras carnes con espinas y cardos del desierto". (Jueces 8, 7)

  • Jefté les contesto: "¿No sois vosotros los que me odiabáis y me echásteis de la casa de mi padre? ¿Por qué recurrís a mí ahora que os encontráis angustiados?". (Jueces 11, 7)

  • Jefté contestó: "Si me hacéis volver con vosotros para luchar contra los amonitas y el Señor los entrega en mi mano, entonces seré vuestro jefe". (Jueces 11, 9)

  • Sansón le contestó: "Si me atasen con siete cuerdas humedecidas, sin dejarlas secar, perdería mi fuerza y sería como otro hombre cualquiera". (Jueces 16, 7)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina