Löydetty 917 Tulokset: Dinero del Templo

  • Si deja de gustarte, le darás la libertad, sin venderla por dinero ni maltratarla, ya que la has poseído. (Deuteronomio 21, 14)

  • No lleves a la casa del Señor, tu Dios, el dinero adquirido por esa prostitución para pagar el voto que hayas hecho, pues eso es aborrecible a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 23, 19)

  • No exijas interés alguno de tus hermanos ni por dinero, ni por víveres, ni por ninguna otra cosa que se suele prestar a interés. (Deuteronomio 23, 20)

  • ¡Maldito el mercenario que mate por dinero a un inocente! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén! (Deuteronomio 27, 25)

  • Vi entre el botín un manto precioso, de Senaar, doscientas monedas de plata y una barra de oro de dos kilos y medio de peso y, dominado por la codicia, los tomé. Están escondidos en la tierra, en medio de mi tienda, y el dinero está debajo". (Josué 7, 21)

  • Entonces Josué envió unos mensajeros, que fueron corriendo hacia la tienda y encontraron lo que en ella estaba escondido, y el dinero debajo. (Josué 7, 22)

  • Entonces Josué tomó a Acán, hijo de Zéraj, con el dinero, el manto y la barra de oro, a sus hijos, sus hijas, su buey, su asno, su pequeño rebaño, su tienda y todo lo que le pertenecía y, con todo Israel, lo llevaron al valle de Acor. (Josué 7, 24)

  • Y le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal Berit. Con ellas Abimelec pagó el sueldo a mercenarios y aventureros que le siguieron. (Jueces 9, 4)

  • ellos salieron al campo, vendimiaron sus viñas, pisaron la uva y organizaron una gran fiesta; entraron en el templo de su dios, comieron y bebieron y maldijeron a Abimelec. (Jueces 9, 27)

  • Cuando los nobles de Torre Siquén lo supieron, se refugiaron en la cripta del templo de El Berit. (Jueces 9, 46)

  • Toda la tropa cortó una rama; siguieron a Abimelec, amontonaron las ramas sobre la cripta del templo y les prendieron fuego. Y perecieron todos los de Torre Siquén, alrededor de mil entre hombres y mujeres. (Jueces 9, 49)

  • Dalila comprendió entonces que le había dicho la verdad. Y mandó llamar a los jefes de los filisteos, diciendo: "Subid, porque esta vez me ha dicho la verdad". Y los jefes de los filisteos fueron con el dinero en la mano. (Jueces 16, 18)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina