Löydetty 140 Tulokset: Enviado

  • ya que tú eres el enviado del rey y de sus siete consejeros para supervisar en Judá y Jerusalén el cumplimiento de la ley de tu Dios, que está en tus manos; (Esdras 7, 14)

  • Comprendí claramente que no le había enviado Dios, sino que había pronunciado este oráculo sobre mí porque Tobías y Sambalat lo habían comprado, (Nehemías 6, 12)

  • Cuando dejabas la comida para dar sepultura a los muertos, yo fui enviado para probarte. (Tobías 12, 13)

  • Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y viva su poder, que te ha enviado para restablecer el orden en todos los seres vivientes; ya que, gracias a ti, no sólo los hombres le sirven, sino hasta las bestias salvajes, los animales domésticos y las aves del cielo viven, gracias a tu poder, para Nabucodonosor y toda su dinastía. (Judit 11, 7)

  • Han enviado delegados a Jerusalén, donde el pueblo hace lo mismo, para conseguir autorización de los ancianos. (Judit 11, 14)

  • Así que yo, tu sierva, conociendo todo esto, he huido de ellos, y Dios me ha enviado para realizar contigo hazañas tales que toda la tierra, cuando las sepa, quedará estupefacta. (Judit 11, 16)

  • El texto de este decreto fue enviado a todas las provincias para su publicación como ley en toda la población y para que estuviesen preparados el día señalado. (Ester 3, 14)

  • Los que fueron a Roma se presentaron al senado y dijeron: "El sumo sacerdote Jonatán y la nación de los judíos nos han enviado para que renovéis con ellos el tratado de amistad que existía en el pasado". (I Macabeos 12, 3)

  • Onías recibió con todos los honores al enviado y aceptó la carta, que contenía un tratado de amistad. (I Macabeos 12, 8)

  • Hemos elegido a Numenio, hijo de Antíoco, y a Antípatro, hijo de Jasón, y los hemos enviado a los romanos para renovar el antiguo tratado de amistad. (I Macabeos 12, 16)

  • Al cabo de muchos años, cuando Dios quiso, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó a los descendientes de aquellos sacerdotes que lo habían escondido en busca del fuego. Según ellos nos dijeron, no encontraron fuego, sino un agua muy espesa, y mandó que se la llevaran. (II Macabeos 1, 20)

  • Sólo a la iniciativa de los que lo llevaban se debió que aquel dinero, enviado para el sacrificio de Hércules, se empleara en la construcción de trirremes. (II Macabeos 4, 20)


“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina