Löydetty 695 Tulokset: Israelitas

  • A los israelitas no les impuso trabajos forzados; éstos eran sus guerreros, cortesanos, generales, prefectos y capitanes de los carros y la caballería. (II Crónicas 8, 9)

  • Los israelitas, al ver que el rey no les había hecho caso, le replicaron: "¿Qué tenemos que ver nosotros con David? ¡No tenemos ninguna heredad en común con el hijo de Jesé! ¡Cada uno a sus casas, Israel! ¡Mira tú ahora por tu casa, David!". Y los israelitas se fueron a sus casas. (II Crónicas 10, 16)

  • Y Roboán siguió reinando sobre los israelitas domiciliados en las ciudades de Judá. (II Crónicas 10, 17)

  • El rey Roboán envió a Adorán, intendente de prestaciones personales; pero los israelitas lo mataron a pedradas. El rey Roboán tuvo que apresurarse a subir a su carro y huir a Jerusalén. (II Crónicas 10, 18)

  • "Di a Roboán, hijo de Salomón, rey de Judá, y a todos los israelitas de Judá y Benjamín: (II Crónicas 11, 3)

  • Abías, de pie sobre el monte Semaráyim, en las montañas de Efraín, gritó: "Jeroboán, israelitas todos, escuchadme. (II Crónicas 13, 4)

  • Traemos con nosotros a Dios a la cabeza; darán con las trompetas el toque de guerra contra vosotros. ¡Israelitas, no luchéis contra el Señor, el Dios de vuestros padres, pues no os saldrá bien!". (II Crónicas 13, 12)

  • Mira ahora a los hijos de Amón, a los de Moab y a los de los montes de Seír, cuyas tierras no permitiste que atravesaran los israelitas cuando venían de Egipto, sino que les hiciste dar un largo rodeo para no destruirlos; (II Crónicas 20, 10)

  • quemó ofrendas en el valle de Ben Hinnón y hasta hizo pasar por el fuego a su hijo, según las prácticas horrorosas de las gentes que el Señor había echado delante de los israelitas. (II Crónicas 28, 3)

  • Los israelitas hicieron doscientos mil prisioneros a sus hermanos entre mujeres, hijos e hijas, y se adueñaron de un enorme botín, que se llevaron para Samaría. (II Crónicas 28, 8)

  • Con cartas de mano del rey y sus jefes, los correos recorrieron todo Israel y Judá proclamando la orden del rey: "Israelitas, convertíos al Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, para que él vuelva a estar con todos los que habéis escapado de la mano de los reyes de Asiria. (II Crónicas 30, 6)

  • Los israelitas que se encontraban en Jerusalén celebraron la fiesta de los panes sin levadura durante siete días con gran alegría, mientras los levitas y los sacerdotes cantaban con toda fuerza las alabanzas del Señor día tras día. (II Crónicas 30, 21)


“O bem dura eternamente.” São Padre Pio de Pietrelcina