Löydetty 233 Tulokset: Levitas

  • No se apartó ni un ápice de la ordenación del rey respecto de los sacerdotes y levitas, ni en lo referente a los tesoros. (II Crónicas 8, 15)

  • Los sacerdotes y levitas esparcidos por Israel venían de todos sus distritos para establecerse junto a él. (II Crónicas 11, 13)

  • Los fieles seguidores del Señor, de todas las tribus de Israel, siguieron el ejemplo de los sacerdotes y levitas, y se fueron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Señor, Dios de sus padres. (II Crónicas 11, 16)

  • Habéis expulsado a los sacerdotes del Señor, hijos de Aarón, y a los levitas, y os habéis creado sacerdotes al estilo de los pueblos paganos; a todo el que trae un becerro y siete carneros lo consagráis sacerdote de dioses que no son dioses. (II Crónicas 13, 9)

  • Para nosotros, nuestro Dios es el Señor; no lo hemos abandonado; y los descendientes de Aarón son los sacerdotes al servicio del Señor, y los levitas cumplen sus funciones. (II Crónicas 13, 10)

  • Mandó con ellos a los levitas Semayas, Natanías, Zebadías, Asael, Semiramot, Jonatán, Adonías, Tobías y Tobadonías, y a los sacerdotes Elisamá y Jorán. (II Crónicas 17, 8)

  • Estableció asimismo en Jerusalén levitas, sacerdotes y jefes de familias de Israel como jueces en asuntos religiosos y civiles de los habitantes de Jerusalén. (II Crónicas 19, 8)

  • Para los asuntos religiosos, ahí tenéis a Amarías, el sacerdote jefe; y para los asuntos civiles, a Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá. Y como secretarios, tenéis a los levitas. Ánimo y manos a la obra; el Señor estará siempre con el bueno". (II Crónicas 19, 11)

  • Los levitas, descendientes de Quehat y de Coré, empezaron a alabar con fuertes voces al Señor, Dios de Israel. (II Crónicas 20, 19)

  • Recorrieron Judá, y reunieron a los levitas de todas las ciudades y a los jefes de las familias de Israel. Regresaron a Jerusalén, (II Crónicas 23, 2)

  • Esto es lo que habéis de hacer: el tercio de vosotros, sacerdotes, levitas, que entra de servicio el sábado, harán guardia en las puertas del templo; (II Crónicas 23, 4)

  • Que nadie entre en el templo del Señor más que los sacerdotes y levitas que estén de servicio; éstos podrán entrar porque están consagrados. Todo el pueblo observará las prescripciones del Señor. (II Crónicas 23, 6)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina