Löydetty 109 Tulokset: Mató

  • y el Señor la hará recaer sobre su cabeza; pues mató a dos hombres justos y mejores que él, y los asesinó a espada sin que lo supiera mi padre David: a Abner, hijo de Ner, general del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Yéter, general del ejército de Judá. (I Reyes 2, 32)

  • Benayas, hijo de Yehoyadá, fue y lo mató. Lo enterraron en su casa, en el desierto. (I Reyes 2, 34)

  • Y el rey dio orden a Benayas, hijo de Yehoyadá, que lo mató en el acto. Así el poder real se consolidó en manos de Salomón. (I Reyes 2, 46)

  • Éste se fue; un león le salió por el camino y lo mató, quedando su cadáver tendido en el camino. El asno y el león se quedaron junto al cadáver. (I Reyes 13, 24)

  • Le mató el año tercero de Asá, rey de Judá, y le sucedió en el trono. (I Reyes 15, 28)

  • cuando Zimrí irrumpió, le acometió y le mató en el año veintisiete de Asá, rey de Judá, y le sucedió en el trono. (I Reyes 16, 10)

  • Cada uno mató al que se le puso delante. Los sirios se dieron a la fuga, perseguidos por los israelitas, y Ben Hadad, rey de Siria, logró salvarse a caballo con algunos jinetes. (I Reyes 20, 20)

  • le dijo: "Por no haber obedecido a la voz del Señor, cuando te separes de mí, te matará un león". Y apenas se separó de su lado, un león lo encontró y lo mató. (I Reyes 20, 36)

  • El rey de Israel, al verlos, dijo a Eliseo: "Padre mío, ¿los mato?". (II Reyes 6, 21)

  • Pero, cuando estaban matando a los hijos del rey, Josebá, hija del rey Jorán y hermana del rey Ocozías, tomó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio. De esta manera lo libró de Atalía, que no lo mató. (II Reyes 11, 2)

  • Cuando se sintió fuerte en el trono, mató a los siervos que habían asesinado a su padre. (II Reyes 14, 5)

  • Pero no mató a los hijos de los asesinos, conforme a lo escrito en el libro de la ley de Moisés: "Los padres no morirán por la culpa de los hijos, ni los hijos por culpa de los padres, sino que cada uno morirá por su propio pecado". (II Reyes 14, 6)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina