Löydetty 348 Tulokset: Noche
Que tus oídos estén atentos y tus ojos abiertos para escuchar la plegaria de tu siervo, que yo derramo ahora ante ti, día y noche, por los israelitas tus siervos, confesando los pecados que ellos han cometido contra ti. Yo mismo y la casa de mi padre hemos pecado; (Nehemías 1, 6)
Luego me levanté de noche, con unos cuantos hombres, sin manifestar a nadie lo que por inspiración divina iba a hacer por Jerusalén, llevando sólo el caballo que yo montaba. (Nehemías 2, 12)
Salí, pues, de noche, por la puerta del Valle, me dirigí hacia la fuente del Dragón y luego a la puerta del Muladar, inspeccionando la muralla de Jerusalén destruida y las puertas consumidas por el fuego. (Nehemías 2, 13)
volví a subir de noche por el torrente, inspeccionando siempre la muralla, hasta la puerta del Valle. Por allí regresé a casa, (Nehemías 2, 15)
Entonces nosotros recurrimos a nuestro Dios y montamos guardia contra ellos de día y de noche. (Nehemías 4, 3)
Dije también al pueblo: "Cada cual, con su criado, pase la noche en Jerusalén; de esta forma haremos guardia de noche y trabajaremos de día". (Nehemías 4, 16)
Fui luego a casa de Semayas, hijo de Delayas, nieto de Mehetabel, que estaba impedido. Me dijo: "Vamos al templo de Dios, al interior del santuario. Cerremos bien sus puertas, porque van a venir a matarte; sí, esta noche te vendrán a matar". (Nehemías 6, 10)
Los guiaste de día mediante una columna de nube, de noche con una columna de fuego para alumbrarles el camino que tenían que seguir. (Nehemías 9, 12)
Ni siquiera entonces tú, en tu inmensa bondad, los abandonaste en el desierto: no se apartó de ellos la nube que durante el día los guiaba en su camino, ni la columna de fuego que por la noche alumbraba su ruta. (Nehemías 9, 19)
Sin embargo, todavía una o dos veces pasaron la noche fuera de Jerusalén los mercaderes y vendedores de toda clase de mercancías. (Nehemías 13, 20)
Aquella noche, después de lavarme, me eché a dormir junto a la pared del patio, con la cara al aire porque hacía mucho calor. (Tobías 2, 9)
El joven y el ángel partieron. Y el perro se fue con ellos. Caminaron hasta el anochecer. Pasaron la noche a la orilla del río Tigris. (Tobías 6, 1)