Löydetty 939 Tulokset: Promesas de Jerusalén

  • Ahora bien, Dios hizo las promesas a Abrahán y a su descendencia. No dice "a tus descendientes", como si fueran muchos, sino a tu descendencia, refiriéndose a Cristo. (Gálatas 3, 16)

  • La ley, por tanto, ¿está contra las promesas de Dios? De ninguna manera. Si se hubiera dado una ley capaz de vivificar, entonces la justicia hubiera sido realmente por la ley. (Gálatas 3, 21)

  • Pues el Sinaí es un monte que está en Arabia, y corresponde a la Jerusalén de ahora, porque ella con sus hijos está sometida a esclavitud. (Gálatas 4, 25)

  • Pero la Jerusalén de arriba es libre, la cual es madre nuestra, (Gálatas 4, 26)

  • pues los ejercicios corporales son útiles para bien poco, mientras que la religión es útil para todo, pues tiene promesas para la vida presente y para la futura. (I Timoteo 4, 8)

  • que no os descuidéis y que sigáis el ejemplo de aquellos que por la fe y la perseverancia entran en posesión de las promesas. (Hebreos 6, 12)

  • Pero ahora Cristo ha obtenido un ministerio tanto más excelente cuanto mejor es la alianza de la cual es mediador y más ventajosas las promesas sobre las que está fundada. (Hebreos 8, 6)

  • Todos éstos murieron en la fe sin haber obtenido la realización de las promesas, pero habiéndolas visto y saludado de lejos y reconociendo que eran extranjeros y peregrinos en la tierra. (Hebreos 11, 13)

  • Por la fe Abrahán, puesto a prueba, ofreció a Isaac; e inmolaba a su hijo único a aquel que había recibido las promesas, (Hebreos 11, 17)

  • los cuales por la fe subyugaron reinos, ejercieron la justicia, alcanzaron las promesas, cerraron la boca de los leones, (Hebreos 11, 33)

  • Vosotros, en cambio, os habéis acercado a la montaña de Sión, a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, a millares de ángeles, a la asamblea festiva, (Hebreos 12, 22)

  • Por ellos hemos entrado en posesión de las más ricas y preciosas promesas para hacernos así partícipes de la naturaleza divina, una vez que hayamos escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de las pasiones. (II Pedro 1, 4)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina