Löydetty 56 Tulokset: Sale

  • Por mí mismo lo juro; de mi boca sale la verdad, una palabra irrevocable: Ante mí se doblará toda rodilla, toda lengua jurará por mí, (Isaías 45, 23)

  • así la palabra que sale de mi boca no vuelve a mí sin resultado, sin haber hecho lo que yo quería y haber llevado a cabo su misión. (Isaías 55, 11)

  • Oigo un tumulto que sale de la ciudad, una voz que sale del templo: Es la voz del Señor, que da su merecido a sus enemigos. (Isaías 66, 6)

  • Por eso el león de la selva los asalta, el lobo del desierto los destroza, el leopardo está al acecho ante sus ciudades; todo el que sale fuera es despedazado; porque son muchos sus delitos, abundantes sus rebeldías. (Jeremías 5, 6)

  • Saeta mortífera es su lengua, tan sólo falsedad sale de su boca; paz auguran a su prójimo pero en su corazón le preparan un lazo. (Jeremías 9, 7)

  • Judá está de luto, sus ciudades languidecen, yacen postradas en tierra y un grito de angustia sale de Jerusalén. (Jeremías 14, 2)

  • Por esto, así dice el Señor omnipotente sobre los profetas: Yo les daré a comer ajenjo, y a beber agua envenenada; porque de los profetas de Jerusalén sale la impiedad para todo el país". (Jeremías 23, 15)

  • Al abrigo de Jesbón se detienen extenuados los fugitivos. Pero un fuego sale de Jesbón, una llama del medio de Sijón, que devora las sienes de Moab, el cráneo de esta gente revoltosa. (Jeremías 48, 45)

  • Por eso serán cual nubecilla matinal, como el rocío que se esfuma presto, cual la paja aventada en la era, como el humo que sale por la ventana. (Oseas 13, 3)

  • Ved que el Señor sale de su morada, baja y camina sobre las cumbres de la tierra. (Miqueas 1, 3)

  • Tus guardianes son como las langostas; tus funcionarios como enjambres de insectos, que se posan en las tapias en los días de frío. Sale el sol y levantan el vuelo sin que se sepa dónde han ido. (Nahún 3, 17)

  • Pero él respondió: "Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios". (Mateo 4, 4)


“O mal não se vence com o mal, mas com o bem, que tem em si uma força sobrenatural.” São Padre Pio de Pietrelcina