Löydetty 45 Tulokset: Seca

  • Mirad, yo voy a hacer una cosa nueva; ya despunta, ¿no lo notáis? Sí, en el desierto abriré un camino, y ríos en la tierra seca. (Isaías 43, 19)

  • Las bestias del campo me glorificarán, los chacales y las avestruces, porque yo daré agua en el desierto, y ríos en la tierra seca, para abrevar a mi pueblo, a mi elegido. (Isaías 43, 20)

  • Sí, el Señor se compadece de Sión, se compadece de todas sus ruinas; convertirá su desierto en un edén, y su tierra seca en el jardín del Señor. Gritos de gozo y júbilo se oirán en ella, acción de gracias al son de la música. (Isaías 51, 3)

  • Creció ante él como un pimpollo, como raíz en tierra seca. Sin gracia ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia. (Isaías 53, 2)

  • Esto dice el Señor: Deja de lamentarte, seca el llanto de tus ojos, porque hay compensación para tu pena: volverán del país enemigo. (Jeremías 31, 16)

  • Su rostro ahora es más oscuro que negrura, no se les reconoce por las calles; su piel está pegada a los huesos, seca como madera. (Lamentaciones 4, 8)

  • De lo contrario, la dejaré desnuda, como el día en que nació; la dejaré como un desierto, la reduciré a tierra seca y la haré morir de sed. (Oseas 2, 5)

  • Efraín ha sido herido; su raíz está seca, ya no dará más fruto. Aunque den a luz, yo haré morir el fruto amado de su seno. (Oseas 9, 16)

  • Dijo: El Señor ruge desde Sión y hace oír su voz desde Jerusalén; los pastizales de los pastores están de luto y la cumbre del Carmelo se seca. (Amós 1, 2)

  • Grita contra el mar y el mar se seca, y agota todos los ríos. El Basán y el Carmelo se marchitan, y el verdor del Líbano se amustia. (Nahún 1, 4)

  • porque ellos son como espinos enmarañados; como borrachos en su borrachera, como paja seca serán enteramente consumidos. (Nahún 1, 10)

  • Había en ella un hombre que tenía seca una mano, y preguntaron a Jesús para acusarle: "¿Está permitido curar en sábado?". (Mateo 12, 10)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina