Löydetty 36 Tulokset: Sometidos

  • Palabra que el Señor dirigió a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército, con todos los reinos de la tierra sometidos a su imperio y a todos los pueblos, atacaban a Jerusalén y a todas sus ciudades. (Jeremías 34, 1)

  • Todas las autoridades y el pueblo entero, que habían aceptado el compromiso de manumitir a sus respectivos esclavos y esclavas y no tenerlos más sometidos a esclavitud, obedecieron y los emanciparon. (Jeremías 34, 10)

  • Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, les juró a ellos y a su gente: "No temáis estar sometidos a los caldeos. Quedaos en el país, sujetos al rey de Babilonia, y os irá bien. (Jeremías 40, 9)

  • Pero no os alegréis de que los espíritus os estén sometidos; alegraos más bien de que vuestros nombres están escritos en el cielo". (Lucas 10, 20)

  • No os ha llegado ninguna prueba insuperable. Dios es fiel y no permitirá que seáis sometidos a pruebas superiores a vuestras fuerzas; ante la prueba os dará fuerza para superarla. (I Corintios 10, 13)

  • Los que hablan en nombre de Dios deben estar sometidos a los que tienen ese don, (I Corintios 14, 32)

  • Os saluda Epafras, vuestro compatriota, siervo de Jesucristo, que continuamente se esfuerza suplicando por vosotros, para que os mantengáis firmes y totalmente sometidos a la voluntad de Dios. (Colosenses 4, 12)

  • y libertar a todos aquellos que, por miedo a la muerte, estaban sometidos durante toda su vida a la esclavitud. (Hebreos 2, 15)

  • Pues por el hecho de haber sufrido y haber sido probado, está capacitado para venir en ayuda de aquellos que están sometidos a la prueba. (Hebreos 2, 18)

  • Hermanos míos, tened como suprema alegría las diversas pruebas a que podéis ser sometidos, (Santiago 1, 2)

  • el cual una vez sometidos los ángeles las potestades y las virtudes, subió al cielo y está sentado a la diestra de Dios. (I Pedro 3, 22)

  • Queridos hermanos, no os extrañéis, como si fuera algo raro, de veros sometidos al fuego de la prueba; (I Pedro 4, 12)


“Quem te agita e te atormenta é o demônio.Quem te consola é Deus”! São Padre Pio de Pietrelcina