Löydetty 1578 Tulokset: Templo de Jerusalén

  • Mientras hablaban al pueblo, se les presentaron los sacerdotes, el oficial del templo y los saduceos, (Hechos 4, 1)

  • Al día siguiente se reunieron en Jerusalén los jefes del pueblo, los ancianos y los maestros de la ley. (Hechos 4, 5)

  • preguntándose: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo. (Hechos 4, 16)

  • De las aldeas próximas a Jerusalén acudía también mucha gente llevando enfermos y poseídos por espíritus inmundos, y todos eran curados. (Hechos 5, 16)

  • "Id al templo y anunciad con valentía al pueblo todo lo referente a esta nueva vida". (Hechos 5, 20)

  • Obedecieron, entraron de madrugada en el templo y se pusieron a enseñar. Entretanto, el sumo sacerdote y sus partidarios convocaron al tribunal supremo y a todos los dirigentes de Israel, y mandaron a la cárcel a buscar a los apóstoles. (Hechos 5, 21)

  • Al oír esto, tanto el prefecto del templo como los sumos sacerdotes quedaron desconcertados, pensando qué habría sido de ellos. (Hechos 5, 24)

  • Llegó uno diciendo: "Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo". (Hechos 5, 25)

  • "¿No os ordenamos solemnemente que no enseñaseis en nombre de ése? Y, sin embargo, habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre". (Hechos 5, 28)

  • No dejaban un día de enseñar, en el templo y en las casas, y de anunciar la buena noticia de que Jesús es el mesías. (Hechos 5, 42)

  • La palabra de Dios crecía, el número de los fieles aumentaba considerablemente en Jerusalén, e incluso muchos sacerdotes abrazaban la fe. (Hechos 6, 7)

  • Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hechos 8, 1)


“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina