Löydetty 1186 Tulokset: Trono de David

  • Habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos siempre. David, mi siervo, será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)

  • La voz me decía: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré, en medio de los israelitas, para siempre. El pueblo de Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus monarcas, con sus fornicaciones, ni con los cadáveres de sus reyes difuntos. (Ezequiel 43, 7)

  • Bendito seas en el trono de tu reino, alabado y ensalzado eternamente. (Daniel 3, 54)

  • Pero tan pronto como se ensoberbeció su corazón y su espíritu se obstinó en el orgullo, fue depuesto de su trono real y se le quitó su gloria. (Daniel 5, 20)

  • Yo seguía observando: se instalaron unos tronos, y un anciano se sentó. Sus vestiduras eran blancas como la nieve; como lana pura el cabello de su cabeza; su trono era de llamas, con ruedas de fuego ardiente. (Daniel 7, 9)

  • Después los israelitas volverán a buscar al Señor, su Dios, y a David, su rey, y acudirán con temor al Señor y a sus bienes en el tiempo futuro. (Oseas 3, 5)

  • romperé el cerrojo de Damasco, exterminaré al que se sienta en el trono de Bicat Aven y al que tiene el cetro de Bet Edén, y el pueblo asirio será desterrado a Quir, dice el Señor. (Amós 1, 5)

  • exterminaré al que se sienta en el trono de Asdod y al que tiene el cetro de Ascalón; volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos perecerá, dice el Señor. (Amós 1, 8)

  • Los que cantan a gritos al son del arpa y se inventan, como David, instrumentos de música; (Amós 6, 5)

  • El que edifica en el cielo su trono, y asienta sobre la tierra la bóveda celeste; el que llama a las aguas del mar y las vierte sobre la superficie de la tierra, su nombre es el Señor. (Amós 9, 6)

  • En aquel día levantaré la choza caída de David, repararé sus brechas, reedificaré sus ruinas y la reconstruiré como en otros tiempos, (Amós 9, 11)

  • El rey de Nínive, al enterarse, se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en el suelo. (Jonás 3, 6)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina