Löydetty 1019 Tulokset: bajo su mano

  • Líbrame de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, porque yo temo que venga y mate a la madre y a los hijos juntamente. (Génesis 32, 12)

  • Jacob continuó: "No, por favor, si he hallado gracia a tus ojos, acepta de mi mano ese regalo, porque me he presentado a ti como uno se presenta ante Dios y tú me has recibido bien. (Génesis 33, 10)

  • Ellos dieron a Jacob todos los dioses extranjeros que poseían y los anillos que llevaban en las orejas, y Jacob los enterró bajo la encina que hay cerca de Siquén. (Génesis 35, 4)

  • Débora, la nodriza de Rebeca, murió y fue enterrada pendiente abajo de Betel, bajo una encina, que fue llamada "la encina del llanto". (Génesis 35, 8)

  • Él preguntó: "¿Qué prenda quieres?". Y ella respondió: "Tu sello, el cordón del que cuelga y el bastón que llevas en la mano". Él se los dio, hizo el amor con ella y la dejó embarazada. (Génesis 38, 18)

  • Judá mandó el cabrito por medio de su amigo el adulamita, para recoger las prendas de mano de la mujer, pero éste no la encontró. (Génesis 38, 20)

  • Y mientras los daba a luz, uno de ellos sacó la mano, y la partera la agarró y ató a ella un hilo de grana, diciendo: "Éste salió el primero". (Génesis 38, 28)

  • Pero sucedió que retiró la mano, y fue su hermano el que salió el primero. Ella dijo: "¡Vaya brecha que te has abierto!". Y lo llamó Fares. (Génesis 38, 29)

  • Después salió el otro, que tenía en la mano el hilo de grana, y lo llamó Zéraj. (Génesis 38, 30)

  • Yo tenía en la mano la copa del Faraón, tomé los racimos, los exprimí en la copa del Faraón y se los puse en su mano". (Génesis 40, 11)

  • al cabo de tres días el Faraón te pondrá en libertad y te repondrá en tu cargo; volverás a poner la copa del Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. (Génesis 40, 13)

  • recojan todos los víveres de estos años buenos que vienen, almacenen el trigo bajo la autoridad del Faraón, depositen los víveres en las ciudades y los guarden en ellas. (Génesis 41, 35)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina