Löydetty 813 Tulokset: cortinas del templo

  • Y el Señor me dijo: Echa al tesoro ese magnífico precio en que me han tasado. Yo tomé treinta monedas de plata y las eché en el tesoro del templo del Señor. (Zacarías 11, 13)

  • En aquel día estará escrito sobre todas las campanillas de los caballos: "Consagrado al Señor", y las ollas en el templo del Señor serán como los aspersorios delante del altar. (Zacarías 14, 20)

  • Todas las ollas en Jerusalén y en Judá serán consagradas al Señor todopoderoso; vendrán todos los que ofrezcan sacrificios, las tomarán y se servirán de ellas para cocer, y no habrá ya mercaderes en el templo del Señor todopoderoso en aquel día. (Zacarías 14, 21)

  • ¡Ojalá uno de vosotros cerrara las puertas del templo, para que no se encienda más inútilmente mi altar! No, no estoy contento con vosotros -dice el Señor todopoderoso- y no me agradan las ofrendas de vuestras manos. (Malaquías 1, 10)

  • Yo enviaré mi mensajero a reparar el camino delante de mí; pronto vendrá a su templo el Señor, a quien vosotros buscáis; el ángel de la alianza, por quien tanto suspiráis, ya está para llegar -dice el Señor todopoderoso-. (Malaquías 3, 1)

  • Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo subió al alero del templo y (Mateo 4, 5)

  • ¿O no habéis leído en la ley que en día de sábado los sacerdotes en el templo quebrantan el sábado y no son culpables? (Mateo 12, 5)

  • Pues yo os digo que hay aquí algo más grande que el templo. (Mateo 12, 6)

  • Pero vosotros decís: El que diga a su padre o a su madre: Lo que tenía para ayudarte lo he ofrecido al templo, (Mateo 15, 5)

  • Jesús entró en el templo y echó a todos los que estaban allí vendiendo y comprando. Volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, (Mateo 21, 12)

  • Se llegaron a él en el templo ciegos y cojos, y los curó. (Mateo 21, 14)

  • Pero los sumos sacerdotes y los maestros de la ley, al ver las maravillas que hacía y a los niños que gritaban en el templo "¡Viva el hijo de David!", se indignaron y le dijeron: (Mateo 21, 15)


“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina