Löydetty 158 Tulokset: descanso en el séptimo día

  • Si al séptimo día ve que se ha extendido por el vestido, es un caso de lepra contagiosa; el objeto es impuro. (Levítico 13, 51)

  • El día séptimo se cortará de nuevo pelos, cabello, barba y cejas; se cortará todos los pelos. Lavará sus vestidos, bañará con agua su cuerpo y será puro. (Levítico 14, 9)

  • Al séptimo día volverá para examinarla de nuevo; si la mancha se ha corrido por las paredes de la casa, (Levítico 14, 39)

  • Ésta será para vosotros ley perpetua: el séptimo mes, el día diez del mes, ayunaréis y no haréis trabajo alguno, tanto el indígena como el extranjero residente en medio de vosotros. (Levítico 16, 29)

  • Será para vosotros día de descanso sabático y día de ayuno. Es ley perpetua. (Levítico 16, 31)

  • Durante seis días trabajaréis, pero el séptimo es sábado, día de descanso absoluto y de asamblea santa; no haréis en él trabajo alguno. Dondequiera que viváis, es día de descanso dedicado al Señor". (Levítico 23, 3)

  • Los siete días presentaréis al Señor ofrendas quemadas. El día séptimo será día de asamblea santa y no haréis en él trabajo alguno". (Levítico 23, 8)

  • Contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado, y entonces presentaréis al Señor una ofrenda de granos nuevos. (Levítico 23, 16)

  • "Di a los israelitas: el día primero del séptimo mes será para vosotros día de descanso y de asamblea santa, convocada a son de trompeta. (Levítico 23, 24)

  • "El diez del mismo mes séptimo es el día del perdón; celebraréis asamblea santa y presentaréis una ofrenda quemada en honor del Señor. (Levítico 23, 27)

  • Será para vosotros día de descanso absoluto y dedicado al ayuno desde la tarde del día nueve hasta la tarde del día siguiente". (Levítico 23, 32)

  • "Di a los israelitas: El quince de este mes séptimo se celebrará durante siete días la fiesta de los tabernáculos en honor del Señor. (Levítico 23, 34)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina