Löydetty 826 Tulokset: dioses de Egipto
Abatiré a tu población innumerable por la espada de guerreros, todos ellos los más feroces de los pueblos; aniquilarán el orgullo de Egipto y será exterminada toda su población. (Ezequiel 32, 12)
Cuando yo deje desierta la tierra de Egipto y el país sea despojado de cuanto contiene, cuando hiera a todos los que en él habitan, sabrán que yo soy el Señor". (Ezequiel 32, 15)
Tal es la elegía que cantarán las hijas de las naciones, la cantarán sobre Egipto y sobre todo su pueblo, dice el Señor Dios. (Ezequiel 32, 16)
"Hijo de hombre, compón un canto fúnebre sobre el pueblo de Egipto; hazle bajar a él y a las hijas de naciones poderosas a las moradas subterráneas, junto a los que bajan a la fosa. (Ezequiel 32, 18)
Caerán en medio de los atravesados por la espada. La espada está entregada: desplómese Egipto con toda su muchedumbre. (Ezequiel 32, 20)
El Señor entregó en sus manos a Joaquín, rey de Judá, y una parte de los objetos del templo de Dios. Él los llevó a la tierra de Senaar y los depositó en el tesoro de sus dioses. (Daniel 1, 2)
Lo que el rey pide es difícil y no hay nadie que pueda satisfacer al rey, salvo los dioses; pero ellos no están entre los hombres". (Daniel 2, 11)
Después el monarca dijo a Daniel: "Ciertamente vuestro Dios es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, ya que tú has podido descifrar este enigma". (Daniel 2, 47)
Nabucodonosor les preguntó: "¿Es cierto, Sidrac, Misac y Abdénago, que no veneráis a mis dioses ni adoráis la estatua de oro que yo he levantado? (Daniel 3, 14)
Fieles del Señor, bendecid al Dios de los dioses, alabadlo y dadle gracias porque es eterna su misericordia". (Daniel 3, 90)
El rey añadió: "Pues yo veo a cuatro hombres desatados que andan por medio del fuego, sin sufrir daño alguno; más aún, el aspecto del cuarto se parece a un hijo de los dioses". (Daniel 3, 92)
Bebían vino y celebraban a sus dioses de oro y plata, de bronce, hierro, madera y piedra. (Daniel 5, 4)