Löydetty 86 Tulokset: división de tierras

  • Amasías separó entonces la tropa que le había venido de Efraín, para mandarlos a sus casas; éstos montaron en cólera contra Judá y regresaron a sus tierras enfurecidos. (II Crónicas 25, 10)

  • Una luz resplandeciente brillará hasta el último rincón de la tierra. Pueblos numerosos acudirán a ti desde muy lejos, desde tierras lejanas vendrán a celebrar tu nombre santo, trayendo dones en sus manos para el rey del cielo. Generaciones y generaciones en ti se alegrarán, y tu nombre será glorioso para siempre. (Tobías 13, 13)

  • cercó a los madianitas, incendió sus tierras y tomó en botín sus ganados. (Judit 2, 26)

  • Pero cuando se apartaron del camino que Dios les había trazado, gran número pereció en numerosas batallas y fueron desterrados a tierras extrañas, el templo de Dios fue destruido y sus ciudades tomadas por los enemigos. (Judit 5, 18)

  • Las tumbas son para siempre sus mansiones, sus moradas eternas, por más que hayan dado sus nombres a sus tierras. (Salmos 49, 12)

  • que sus tierras se vuelvan un desierto, que en sus tiendas no haya quien habite; (Salmos 69, 26)

  • Les dio las tierras de otras gentes y se posesionaron de las haciendas de otros pueblos (Salmos 105, 44)

  • y dio sus tierras en herencia, en herencia a su pueblo, Israel. (Salmos 135, 12)

  • y dio sus tierras en herencia, porque es eterno su amor; (Salmos 136, 21)

  • No había terminado de hablar, cuando apareció una división explorando desde el monte. (I Macabeos 4, 19)

  • pero los romanos se enteraron y enviaron a luchar contra ellos a un solo general; cayeron muchos griegos, y los romanos se llevaron cautivas a sus mujeres y a sus hijos, saquearon sus bienes, se apoderaron de sus tierras, derribaron sus murallas y los sometieron a esclavitud hasta el día de hoy. (I Macabeos 8, 10)

  • Los habitantes cultivaban en paz sus propias tierras, la tierra producía sus cosechas y los árboles del campo daban frutos. (I Macabeos 14, 8)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina