Löydetty 599 Tulokset: fruto del Espíritu

  • a otro el don de hacer milagros; a otro el decir profecías; a otro el saber distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero; a otro hablar lenguas extrañas, y a otros saber interpretarlas. (I Corintios 12, 10)

  • Todo esto lo lleva a cabo el único y mismo Espíritu, repartiendo a cada uno sus dones como quiere. (I Corintios 12, 11)

  • Porque todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, fuimos bautizados en un solo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido del mismo Espíritu. (I Corintios 12, 13)

  • Porque el que habla en lenguas extrañas, no habla a los hombres, sino a Dios; de hecho, ninguno le entiende, pues movido por el Espíritu dice cosas misteriosas. (I Corintios 14, 2)

  • Porque si rezo en lenguas, mi espíritu reza, pero mi entendimiento no saca fruto. (I Corintios 14, 14)

  • ¿Qué debo hacer entonces? Debo orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; debo cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento. (I Corintios 14, 15)

  • Porque si tú bendices con el espíritu, ¿cómo dirá "amén" a tu acción de gracias quien asiste como simple fiel si no entiende lo que dices? (I Corintios 14, 16)

  • Si alguno se tiene por profeta o por hombre de espíritu, sabrá que lo que os escribo es mandato del Señor. (I Corintios 14, 37)

  • la Escritura dice: Adán, el primer hombre, fue creado un ser viviente; el último Adán, como espíritu que da vida. (I Corintios 15, 45)

  • Él nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones el Espíritu como prenda de salvación. (II Corintios 1, 22)

  • pues es claro que vosotros sois una carta de Cristo redactada por mí y escrita, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne, en vuestros corazones. (II Corintios 3, 3)

  • que me ha capacitado para ser ministro de la nueva alianza; no de la letra, sino del espíritu, pues la letra mata, pero el espíritu da vida. (II Corintios 3, 6)


“Invoquemos sempre o auxílio de Nossa Senhora.” São Padre Pio de Pietrelcina