Löydetty 346 Tulokset: guerra santa
Esto dice el Señor sobre los profetas que engañan a mi pueblo; cuando tienen algo que masticar entre sus dientes, entonces gritan: "¡Paz!", pero a quien no les pone nada en la boca le declaran la guerra. (Miqueas 3, 5)
Él será árbitro entre pueblos numerosos, y juzgará a naciones poderosas y lejanas; ellas cambiarán sus espadas en azadas y sus lanzas en podaderas; no empuñará más la espada pueblo contra pueblo ni se adiestrarán más en la guerra. (Miqueas 4, 3)
Voy a poner en pie de guerra a los caldeos, ese pueblo cruel e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para apoderarse de moradas ajenas. (Habacuc 1, 6)
Cambiaré los tronos de los reinos y destruiré el poder de los reyes de las naciones. Volcaré los carros de guerra y a sus conductores; caballos y jinetes caerán cada uno por la espada de su hermano. (Ageo 2, 22)
El Señor poseerá a Judá como su heredad en la tierra santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén. (Zacarías 2, 16)
Que todo el mundo calle ante el Señor, porque se levanta de su santa morada. (Zacarías 2, 17)
Esto dice el Señor omnipotente: "Vuelvo a Sión y habitaré en Jerusalén. Jerusalén será llamada de nuevo ciudad fiel, y la montaña del Señor omnipotente, montaña santa". (Zacarías 8, 3)
Hará que desaparezcan los carros de guerra de Efraín y los caballos de Jerusalén, y desaparecerá el arco de guerra. Él anunciará la paz a las naciones y dominará de mar a mar y desde el río hasta los confines de la tierra. (Zacarías 9, 10)
De Judá saldrá la piedra angular, la estaca de la tienda, el arco de guerra, de él saldrán todos los jefes. (Zacarías 10, 4)
Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo subió al alero del templo y (Mateo 4, 5)
y, saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de Jesús, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos. (Mateo 27, 53)
mostrándose compasivo con nuestros padres, recordando su santa alianza (Lucas 1, 72)