Löydetty 181 Tulokset: hablar

  • he puesto todo mi empeño en no anunciar el evangelio allí donde ya habían oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros, (Romanos 15, 20)

  • sino hacer lo que dice la Escritura: Los que no tenían noticias de él, lo verán; los que no habían oído hablar de él, entenderán. (Romanos 15, 21)

  • Por medio de Cristo Jesús os ha enriquecido en todo, en el saber y en el hablar. (I Corintios 1, 5)

  • Así, el Espíritu a uno le concede hablar con sabiduría; a otro, por el mismo Espíritu, hablar con conocimiento profundo; (I Corintios 12, 8)

  • a otro el don de hacer milagros; a otro el decir profecías; a otro el saber distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero; a otro hablar lenguas extrañas, y a otros saber interpretarlas. (I Corintios 12, 10)

  • Y así Dios ha puesto en la Iglesia en primer lugar a los apóstoles; en segundo lugar, a los profetas; en tercero, a los maestros; luego, los que tienen el poder de hacer milagros; después, los que tienen el don de curar, de asistir a los necesitados, de gobernar, de hablar lenguas extrañas. (I Corintios 12, 28)

  • Me gustaría que todos hablaseis en esas lenguas, pero prefiero que profeticéis; pues para la formación de la Iglesia es mejor profetizar que hablar en lenguas, a no ser que haya quien los interprete. (I Corintios 14, 5)

  • Así también vosotros, si vuestra lengua no utiliza palabras claras, ¿cómo se entenderá lo que decís? Sería como hablar al aire. (I Corintios 14, 9)

  • Doy gracias a Dios de hablar en lenguas más que vosotros; (I Corintios 14, 18)

  • pero prefiero hablar en la iglesia cinco palabras con sentido, para instruir a los demás, que diez mil palabras en lenguas. (I Corintios 14, 19)

  • En conclusión, hermanos: cuando os reunís, unos pueden cantar, otros enseñar, otros manifestar una revelación, otros hablar en lenguas extrañas y otros interpretarlas. Pero que sea para aprovechamiento de todos. (I Corintios 14, 26)

  • las mujeres en las reuniones que se callen, pues no les está permitido hablar; deben estar sometidas a sus maridos, como dice la ley. (I Corintios 14, 34)


“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina