Löydetty 834 Tulokset: hermanos de José

  • Mis queridos hermanos, escuchad. ¿No ha elegido Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? (Santiago 2, 5)

  • Hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no tiene obras? (Santiago 2, 14)

  • Hermanos míos, no queráis ser todos maestros, sabiendo que tendremos un juicio más severo. (Santiago 3, 1)

  • De la misma boca salen las bendiciones y las maldiciones. Pero no debe ser así, hermanos míos. (Santiago 3, 10)

  • ¿Acaso, hermanos míos, la higuera puede producir aceitunas y la viña higos? El agua salada no dará jamás agua dulce. (Santiago 3, 12)

  • Hermanos, no habléis mal unos de otros. El que habla mal de su hermano o juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la ley; y si juzgas la ley no eres cumplidor de la ley, sino juez. (Santiago 4, 11)

  • Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Ved cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando pacientemente hasta que caigan las lluvias tempranas y las tardías. (Santiago 5, 7)

  • Hermanos, no os quejéis unos de otros, para que no seáis condenados. Mirad que el juez está a las puertas. (Santiago 5, 9)

  • Hermanos, tomad como modelos de constancia y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. (Santiago 5, 10)

  • Hermanos míos, ante todo no juréis ni por el cielo ni por la tierra, ni con cualquier otro juramento, sino que vuestro "sí" sea "sí" y vuestro "no", "no", para no incurrir en condenación. (Santiago 5, 12)

  • Hermanos míos, si alguno de vosotros se desvía de la verdad y otro le hace volver al buen camino, (Santiago 5, 19)

  • Queridos hermanos, como a gente de paso en tierra extraña, os exhorto a que os abstengáis de las pasiones carnales, que hacen la guerra al espíritu. (I Pedro 2, 11)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina