Löydetty 813 Tulokset: historia de Judá

  • Entonces los hombres de Israel y de Judá, lanzando gritos de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Ecrón. Y muchos filisteos cayeron muertos en el camino desde Saráyim hasta Gat y Ecrón. (I Samuel 17, 52)

  • pero todos en Israel y Judá querían a David, porque él dirigía todas sus actuaciones. (I Samuel 18, 16)

  • Pero el profeta Gad dijo a David: "No te quedes en el refugio. Vete y entra en la tierra de Judá". David partió y llegó al bosque de Járet. (I Samuel 22, 5)

  • Pero los hombres de David le dijeron: "Mira, aquí, en Judá, vivimos asaltados por el terror; ¡cuánto más si vamos a Queilá contra las filas de los filisteos!". (I Samuel 23, 3)

  • Observad y reconoced todos los escondites donde se oculta y traedme una información exacta; entonces yo iré con vosotros y, si está en el país, yo le buscaré entre todas las familias de Judá". (I Samuel 23, 23)

  • Aquel mismo día Aquís le dio Sicelag. Por eso Sicelag pertenece al rey de Judá hasta el día de hoy. (I Samuel 27, 6)

  • Cuando Aquís preguntaba: "¿Dónde habéis hecho incursión hoy?", David respondía: "En el Negueb de Judá, en el Negueb de Yerajmeel, en el Negueb de los quenitas". (I Samuel 27, 10)

  • Hemos hecho una incursión en el sur de los quereteos, de Judá y de Caleb. A Sicelag le prendimos fuego". (I Samuel 30, 14)

  • Él los guió; estaban diseminados por toda la región, comiendo, bebiendo y bailando por el botín tan grande que habían cogido en el país de los filisteos y en el país de Judá. (I Samuel 30, 16)

  • Cuando David volvió a Sicelag, envió parte del botín a los ancianos de Judá según sus ciudades, diciendo: "Os mando un presente del botín de los enemigos del Señor". (I Samuel 30, 26)

  • Está escrita en el Libro del Justo para que la enseñen a los hijos de Judá. Dijo: (II Samuel 1, 18)

  • Después de esto, David consultó al Señor: "¿Debo ir a una de las ciudades de Judá?". El Señor le respondió: "Sí, vete". David preguntó: "¿Dónde debo ir? Le respondió: "A Hebrón". (II Samuel 2, 1)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina