Löydetty 60 Tulokset: interpretación de sueños

  • pero pensé en la arrogancia de los enemigos, en la falsa interpretación que ellos harían: Ha sido nuestra mano poderosa, y no el Señor, la que hizo todo esto. (Deuteronomio 32, 27)

  • Saúl consultó al Señor; pero el Señor no le respondió ni por los sueños, ni por las urim, ni por los profetas. (I Samuel 28, 6)

  • Samuel dijo a Saúl: "¿Por qué has turbado mi descanso, evocándome?". Saúl respondió: "Estoy en gran aprieto, los filisteos me hacen la guerra y Dios se ha retirado de mí; no me responde ni por medio de los profetas ni por los sueños. Por eso te he evocado para saber qué hacer". (I Samuel 28, 15)

  • En Gabaón el Señor se apareció a Salomón en sueños durante la noche y le dijo: "Pide lo que quieras y yo te lo daré". (I Reyes 3, 5)

  • entonces con sueños tú me espantas, con visiones me aterras. (Job 7, 14)

  • En sueños, en visiones nocturnas, cuando un letargo a los hombres invade reclinados en su lecho, (Job 33, 15)

  • Porque de la multitud de las preocupaciones nacen los sueños, y por el exceso de palabras se dicen disparates. (Eclesiastés 5, 2)

  • Porque de la multitud de las preocupaciones nacen los sueños, y de la multitud de las palabras las vanidades. Así que teme a Dios. (Eclesiastés 5, 6)

  • Entonces, de repente, los atormentaban visiones y sueños terribles, y cayeron sobre ellos terrores inesperados; (Sabiduría 18, 17)

  • pues los sueños terroríficos les habían advertido ya, para que no pereciesen sin conocer por qué sufrían aquellos males. (Sabiduría 18, 19)

  • Vanas y engañosas son las esperanzas del insensato; los sueños dan alas a los tontos. (Eclesiástico 34, 1)

  • Como quien intenta apresar la sombra y perseguir el viento, así es el que se apoya en sueños. (Eclesiástico 34, 2)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina