Löydetty 897 Tulokset: jesús

  • Cuando se fueron, Jesús comenzó a hablar de Juan a las gentes: "¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña movida por el viento? (Mateo 11, 7)

  • En aquel tiempo Jesús dijo: "Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y se las has manifestado a los sencillos. (Mateo 11, 25)

  • Por aquel tiempo iba Jesús un sábado por los sembrados. Sus discípulos tenían hambre, y comenzaron a cortar espigas y a comerlas. (Mateo 12, 1)

  • Había en ella un hombre que tenía seca una mano, y preguntaron a Jesús para acusarle: "¿Está permitido curar en sábado?". (Mateo 12, 10)

  • Jesús se enteró y se alejó de allí. Lo siguieron muchos y los curó a todos, (Mateo 12, 15)

  • Jesús, conociendo su pensamiento, les dijo: "Todo reino dividido será desolado, y toda ciudad o casa dividida no puede subsistir. (Mateo 12, 25)

  • Aquel día, Jesús salió de su casa y se sentó a la orilla del lago. (Mateo 13, 1)

  • Jesús decía a la gente todas estas cosas en parábolas, y no les decía nada sin parábolas, (Mateo 13, 34)

  • Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña del campo". (Mateo 13, 36)

  • Cuando Jesús acabó estas parábolas, se fue de allí. (Mateo 13, 53)

  • Y aquello les parecía un escándalo. Pero Jesús les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian al profeta". (Mateo 13, 57)

  • Por entonces la fama de Jesús llegó a oídos del virrey Herodes, (Mateo 14, 1)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina