Löydetty 307 Tulokset: nuevo comienzo

  • El sacerdote Jelcías, Ajicán, Acbor, Safán y Asaías fueron a ver a la profetisa Juldá, esposa de Salún, hijo de Ticua y nieto de Jarjás, el guardarropa del templo. Juldá vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso, (II Reyes 22, 14)

  • pero él se puso en medio del campo, lo defendió y derrotó a los filisteos. El Señor alcanzó de nuevo una gran victoria. (I Crónicas 11, 14)

  • Tomaron el arca de Dios de casa de Abinadab y la pusieron en un carro nuevo, guiado por Uzá y Ajió. (I Crónicas 13, 7)

  • Los filisteos ocuparon de nuevo el valle. (I Crónicas 14, 13)

  • Con estas palabras del profeta Azarías, hijo de Oded, Asá se sintió fortalecido e hizo desaparecer los ídolos de toda la tierra de Judá y de Benjamín y de las ciudades que había conquistado en la montaña de Efraín; restauró de nuevo el altar del Señor, que estaba delante del vestíbulo del Señor. (II Crónicas 15, 8)

  • Siguió con orgullo los caminos del Señor, y quitó de nuevo de Judá las colinas y las imágenes de Aserá. (II Crónicas 17, 6)

  • Después de una estancia en Jerusalén, Josafat salió de nuevo a visitar al pueblo desde Berseba hasta la montaña de Efraín y atraerlo al Señor, Dios de sus padres. (II Crónicas 19, 4)

  • Josafat, en medio de la asamblea de Judá y Jerusalén, en el templo del Señor, y de pie delante del atrio nuevo, (II Crónicas 20, 5)

  • Cuando llegaba el momento de llevar el arca a la intendencia del rey, que estaba en manos de los levitas, si veían que contenía mucho dinero, el secretario real y el comisario del sumo sacerdote la vaciaban y la ponían de nuevo en su sitio. Así hicieron día tras día, llegando a reunir gran cantidad de dinero. (II Crónicas 24, 11)

  • Los edomitas invadieron de nuevo Judá y se llevaron prisioneros. (II Crónicas 28, 17)

  • y no permitiré de nuevo que los israelitas anden errantes fuera de la tierra que he dado a sus padres con tal que hagan lo que yo les he ordenado y cumplan la ley, los mandamientos y preceptos que les di por medio de Moisés". (II Crónicas 33, 8)

  • Jelcías y las gentes del rey fueron a ver a la profetisa Julda, esposa de Salún, hijo de Ticuá y nieto de Jasrá, guardarropa del templo. Julda vivía en el barrio nuevo de Jerusalén. Le expusieron el caso, (II Crónicas 34, 22)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina