Löydetty 1657 Tulokset: nuevo hombre

  • Si es un hombre del pueblo el que peca por inadvertencia y quien se hace culpable obrando contra alguna de las prohibiciones del Señor, (Levítico 4, 27)

  • Arrancará luego todas las grasas, como se arrancan en el sacrificio de reconciliación, y el sacerdote las quemará sobre el altar en perfume agradable al Señor. El sacerdote hará el rito de absolución sobre este hombre, que alcanzará el perdón por su pecado. (Levítico 4, 31)

  • Arrancará luego todas las grasas, como se arrancan en el cordero del sacrificio de reconciliación, y el sacerdote las quemará en el altar sobre las ofrendas quemadas en honor del Señor. El sacerdote hará el rito de absolución sobre este hombre, que alcanzará el perdón de su pecado. (Levítico 4, 35)

  • es un sacrificio de reparación, porque este hombre era realmente culpable delante del Señor". (Levítico 5, 19)

  • o encuentra cosas perdidas y las niega, o si jura en falso en alguna de aquellas cosas en que suele pecar el hombre; (Levítico 5, 22)

  • La piel de la víctima presentada por un hombre para ser ofrecida en holocausto será del sacerdote que la ofrezca. (Levítico 7, 8)

  • El que después de haber tocado una impureza de hombre o animal o cualquier otra cosa impura coma de la carne del sacrificio de reconciliación ofrecido al Señor, será extirpado de su pueblo". (Levítico 7, 21)

  • Lo tomó de nuevo Moisés en sus manos, y lo quemó en el altar sobre el holocausto: era el sacrificio de consagración, perfume agradable, ofrenda quemada en honor del Señor. (Levítico 8, 28)

  • Si, después de haber sido examinado y declarado puro, la pústula se extiende sobre la piel del enfermo, se presentará de nuevo al sacerdote; (Levítico 13, 7)

  • Pero si la llaga cambia de nuevo y se pone blanca, se presentará al sacerdote. (Levítico 13, 16)

  • "Si un hombre o una mujer tienen una llaga en la cabeza o en la barba, (Levítico 13, 29)

  • Si un hombre o una mujer tienen en la piel manchas relucientes y blancas, (Levítico 13, 38)


“Enquanto estivermos vivos sempre seremos tentados. A vida é uma contínua luta. Se às vezes há uma trégua é para respirarmos um pouco.” São Padre Pio de Pietrelcina