Löydetty 3264 Tulokset: pueblo de Israel

  • Moisés convocó a todos los ancianos de Israel y les dijo: "Id, tomad una res del rebaño por familia e inmolad la pascua. (Exodo 12, 21)

  • responderéis: Es el sacrificio de la pascua del Señor, el cual pasó de largo por las casas de los israelitas en Egipto, cuando hirió a los egipcios y preservó nuestras casas". El pueblo se postró y adoró. (Exodo 12, 27)

  • Los egipcios instaban al pueblo a salir cuanto antes del país, porque decían: "Vamos a morir todos". (Exodo 12, 33)

  • El pueblo se cargó a la espalda las artesas, envueltas en los mantos, con la masa antes que fermentara. (Exodo 12, 34)

  • El Señor concedió al pueblo el favor de los egipcios, que de buen grado accedieron a su petición; así despojaron a los egipcios. (Exodo 12, 36)

  • Toda la comunidad de Israel celebrará la pascua. (Exodo 12, 47)

  • Y Moisés dijo al pueblo: "Recordad siempre este día, en el cual salisteis de Egipto, de la casa de la esclavitud, porque el Señor os ha sacado con mano fuerte. Por ello no habréis de comer nada fermentado". (Exodo 13, 3)

  • Cuando el Faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la región de los filisteos, aunque era más corto, pues se dijo: "No sea que se arrepienta al verse atacado y vuelva a Egipto". (Exodo 13, 17)

  • Dios hizo dar un rodeo al pueblo, llevándolo por el camino del desierto hacia el mar Rojo. (Exodo 13, 18)

  • La columna de nube no se apartó del pueblo de día, ni de noche la de fuego. (Exodo 13, 22)

  • Cuando contaron al rey de Egipto que el pueblo había huido, el Faraón y sus servidores cambiaron de idea acerca del pueblo y dijeron: "¿Qué es lo que hemos hecho dejando salir a Israel y quedándonos así sin sus servicios?". (Exodo 14, 5)

  • Moisés dijo al pueblo: "No temáis, estad tranquilos y veréis la victoria que hoy os dará el Señor; porque a estos egipcios que ahora veis, ya nunca los volveréis a ver. (Exodo 14, 13)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina