Löydetty 586 Tulokset: sabiduría del mundo

  • El casado se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a la mujer; está, pues, dividido. (I Corintios 7, 33)

  • La mujer no casada y la joven soltera se preocupan de las cosas del Señor, y se consagran a él en cuerpo y alma. Pero la que está casada se preocupa de las cosas del mundo y de cómo agradar a su marido. (I Corintios 7, 34)

  • Viniendo, pues, a lo de la comida de las carnes ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos que los ídolos no son nada en el mundo y que no hay más Dios que uno solo. (I Corintios 8, 4)

  • Y si el Señor nos castiga, es para corregirnos y para que no seamos condenados con el mundo. (I Corintios 11, 32)

  • Así, el Espíritu a uno le concede hablar con sabiduría; a otro, por el mismo Espíritu, hablar con conocimiento profundo; (I Corintios 12, 8)

  • En el mundo hay muchos idiomas, pero todos tienen sentido. (I Corintios 14, 10)

  • Nos sentimos orgullosos de que nuestra conciencia nos asegure que nos hemos comportado con todo el mundo, y especialmente con vosotros, con la sencillez y la sinceridad que Dios da, y no por la sabiduría humana, sino por la gracia de Dios. (II Corintios 1, 12)

  • Pues Dios, por medio de Cristo, estaba reconciliando el mundo, no teniendo en cuenta sus pecados y haciéndonos a nosotros depositarios de la palabra de la reconciliación. (II Corintios 5, 19)

  • La tristeza querida por Dios produce un arrepentimiento salvador, de la que no hay que lamentarse, mientras que la tristeza producida por el mundo engendra la muerte. (II Corintios 7, 10)

  • que se entregó a sí mismo por nuestros pecados para sacarnos de este mundo perverso, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, (Gálatas 1, 4)

  • Pero, según la Escritura, todo el mundo está bajo el pecado, para que la promesa de Dios se cumpla en los creyentes por la fe en Jesucristo. (Gálatas 3, 22)

  • Así también nosotros, cuando éramos menores de edad, estábamos esclavizados bajo los elementos del mundo. (Gálatas 4, 3)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina