Löydetty 190 Tulokset: sacerdocio real

  • No veo iniquidad en Jacob, ni crimen alguno en Israel; el Señor, su Dios, está con él, y en él resuena la aclamación real. (Números 23, 21)

  • Será para él y para su descendencia un pacto que le asegurará el sacerdocio eternamente por haber sido celador de su Dios y haber obtenido el perdón para los israelitas. (Números 25, 13)

  • Los israelitas partieron de los pozos de Bené Yaacán para Moserá. Allí murió Aarón y allí fue enterrado. Eleazar, su hijo, le sucedió en el sacerdocio. (Deuteronomio 10, 6)

  • Los levitas no tendrán parte como vosotros, ya que el sacerdocio será su heredad; y Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido en Transjordania la heredad que les dio Moisés, siervo del Señor". (Josué 18, 7)

  • Entonces Samuel expuso al pueblo el derecho real y lo escribió en un libro que está ante el Señor. Después ordenó que cada cual se fuese a su casa. (I Samuel 10, 25)

  • Yo soy débil todavía, aunque haya recibido la unción real, y estos hombres, los hijos de Sarvia, son más fuertes que yo. Que el Señor pague al que hizo el mal según su malicia". (II Samuel 3, 39)

  • Después David dijo a Urías: "Baja a tu casa y lávate los pies". Urías salió del palacio y, tras él, le llevaron un obsequio de la mesa real. (II Samuel 11, 8)

  • ¿No están allí contigo los sacerdotes Sadoc y Abiatar? Todo lo que oigas en el palacio real, se lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar. (II Samuel 15, 35)

  • Y Adonías: "Tú sabes que a mí me tocaba la dignidad real y que todo Israel había puesto en mí sus ojos, esperando que yo había de reinar. Pero la realeza se me escapó y pasó a mi hermano, porque el Señor se la había destinado a él. (I Reyes 2, 15)

  • Y el rey dio orden a Benayas, hijo de Yehoyadá, que lo mató en el acto. Así el poder real se consolidó en manos de Salomón. (I Reyes 2, 46)

  • Cuando acabó Salomón de construir el templo del Señor, el palacio real y todo cuanto se había propuesto hacer, (I Reyes 9, 1)

  • Salomón construyó los dos edificios, el templo del Señor y el palacio real, en veinte años. (I Reyes 9, 10)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina