Löydetty 1492 Tulokset: sol

  • Así reunirán un capital sólido para el futuro, con el que conseguirán la verdadera vida. (I Timoteo 6, 19)

  • Soporta conmigo las fatigas, como buen soldado de Cristo. (II Timoteo 2, 3)

  • Ningún soldado se enreda en asuntos de la vida civil si quiere complacer al que lo alistó en el ejército. (II Timoteo 2, 4)

  • Sin embargo, el sólido fundamento de Dios se mantiene firme bajo este lema: El Señor conoce a los suyos y que se aparte de la injusticia el que pronuncia el nombre del Señor. (II Timoteo 2, 19)

  • En una casa grande no sólo hay vajillas de oro y plata, sino también de madera y barro. Unos utensilios son para usos nobles, y otros para usos vulgares. (II Timoteo 2, 20)

  • Evita las discusiones estúpidas y tontas, consciente de que sólo engendran altercados. (II Timoteo 2, 23)

  • sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida. (II Timoteo 4, 8)

  • Sólo Lucas está conmigo. Tráete a Marcos contigo, pues me es muy útil para el ministerio. (II Timoteo 4, 11)

  • que el candidato sea irreprochable; casado una sola vez; que tenga hijos creyentes, a los que no se les pueda inculpar de libertinaje o indisciplina. (Tito 1, 6)

  • Pues debiendo ser ya maestros por razón del tiempo, todavía tenéis necesidad de que se os enseñen los primeros rudimentos de oráculos divinos, y habéis llegado a tener necesidad de leche, no de alimento sólido. (Hebreos 5, 12)

  • El alimento sólido es para los perfectos, que por razón de la costumbre tienen el sentido moral desarrollado para distinguir entre el bien y el mal. (Hebreos 5, 14)

  • Deseamos solamente que cada uno de vosotros demuestre el mismo empeño por guardar intacta hasta el fin vuestra esperanza, (Hebreos 6, 11)


“Quando ofendemos a justiça de Deus, apelamos à Sua misericórdia. Mas se ofendemos a Sua misericórdia, a quem podemos apelar? Ofender o Pai que nos ama e insultar quem nos auxilia é um pecado pelo qual seremos severamente julgados.” São Padre Pio de Pietrelcina