Löydetty 110 Tulokset: soldados romanos

  • Pero los soldados del Macabeo, después de hacer súplicas y pedir al Señor que viniera a luchar a su lado, atacaron las fortalezas de los idumeos. (II Macabeos 10, 16)

  • Los soldados de Simón, seducidos por la avaricia, se dejaron comprar a precio de plata por los de las torres y, por setenta mil dracmas, dejaron escapar cierto número de ellos. (II Macabeos 10, 20)

  • No se preocupaba para nada del temor de Dios, pagado y seguro como estaba con sus miríadas de soldados de infantería, sus millares de caballería y sus ochenta elefantes. (II Macabeos 11, 4)

  • Llegado el momento, se lanzaron como leones sobre el enemigo; mataron a once mil soldados de infantería, a mil seiscientos de caballería, y pusieron en fuga a todos los demás. (II Macabeos 11, 11)

  • También los romanos les enviaron una carta, que decía así: "Quinto Memmio y Tito Manlio, legados de los romanos, a los de la nación de los judíos, salud. (II Macabeos 11, 34)

  • A un kilómetro y medio de allí, cuando marchaban contra Timoteo, salieron contra ellos más de cinco mil soldados de infantería y quinientos de caballería, árabes. (II Macabeos 12, 10)

  • Pero Judas y sus soldados, en el nombre del gran Señor del universo, que en tiempo de Josué, sin arietes ni máquinas de guerra había derribado las murallas de Jericó, se lanzaron feroces contra la muralla. (II Macabeos 12, 15)

  • El Macabeo ordenó su ejército en divisiones, puso a aquellos dos al frente de ellas y marchó contra Timoteo, que tenía una fuerza de ciento veinte mil soldados de infantería y dos mil quinientos de caballería. (II Macabeos 12, 20)

  • Éste salió a su encuentro con tres mil soldados de infantería y cuatrocientos de caballería. (II Macabeos 12, 33)

  • y que con él venía Lisias, tutor y regente. Cada uno de ellos mandaba un ejército griego de ciento diez mil soldados de infantería, cinco mil trescientos de caballería, veintidós elefantes y unos trescientos carros de guerra armados con hoces. (II Macabeos 13, 2)

  • Pues bien, Nicanor, queriendo mostrar su odio contra los judíos, mandó más de quinientos soldados a prenderlo. (II Macabeos 14, 39)

  • Cuando ya los soldados estaban a punto de ocupar las torres y forzar la puerta de entrada y dada la orden de prenderle fuego, Razías, rodeado por todas partes, hundió en sí mismo su espada, (II Macabeos 14, 41)


“O amor e o temor devem sempre andar juntos. O temor sem amor torna-se covardia. São Padre Pio de Pietrelcina