Löydetty 45 Tulokset: vara y cayado

  • Y que no debe trillarse la neguilla, ni la rueda del trillo se pasa por el comino, sino que con la vara se apalea la neguilla y con el palo el comino. (Isaías 28, 27)

  • Pues a la voz del Señor, Asiria será quebrada, golpeada por la vara; (Isaías 30, 31)

  • y cada golpe de la vara de castigo se lo infligirá el Señor entre tamboriles, cítaras y danzas. (Isaías 30, 32)

  • Os someteré con la vara y os ligaré de nuevo a las leyes de la alianza. (Ezequiel 20, 37)

  • les responderás: Esto dice el Señor Dios: Voy a tomar la vara de José, que está en la mano de Efraín y de las tribus de Israel que están con él, y la voy a unir con la vara de Judá, de forma que, unidas en mi mano, sean una sola cosa. (Ezequiel 37, 19)

  • Me llevó allá; había allí un personaje de aspecto semejante al bronce, que tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de medir, y estaba de pie junto a la puerta. (Ezequiel 40, 3)

  • Yo vi un muro exterior, que rodeaba el templo por todas partes. La vara de medir que el personaje tenía en sus manos era de tres metros. Luego midió el muro, y tenía una vara de ancho y otra de alto. (Ezequiel 40, 5)

  • Fue después al pórtico que mira hacia oriente, subió sus gradas y midió el umbral del pórtico: una vara de profundidad. (Ezequiel 40, 6)

  • Cada sala medía una vara de largo y otra de ancho; la pilastra entre sala y sala era de dos metros y medio, y el umbral del pórtico por el lado de su vestíbulo hasta el interior medía una vara. (Ezequiel 40, 7)

  • Midió el lado este con la vara de medir: doscientos cincuenta metros de la vara de medir. (Ezequiel 42, 16)

  • Midió el lado norte: doscientos cincuenta metros de la vara de medir. (Ezequiel 42, 17)

  • Y ahora prepara tu defensa, hija guerrera; nos cercan con trincheras, con vara hieren la mejilla del juez de Israel. (Miqueas 4, 14)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina