27. Entonces Daniel tomó resina, grasa y crines, las coció, hizo con todo esto unas bolitas, y las echó en las fauces del Dragón. Este se las tragó y reventó. Daniel dijo: "¡Miren lo que ustedes veneran!".





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina