10. Ahora bien, Amán, hijo de Hamdatá, un macedonio -en todo extraño a la sangre de los persas y desprovisto por completo de nuestra generosidad- después de ser recibido entre nosotros como huésped,





“Não se aflija a ponto de perder a paz interior. Reze com perseverança, com confiança, com calma e serenidade.” São Padre Pio de Pietrelcina