Génesis, 32

15. Eran doscientas cabras y veinte chivos, doscientas ovejas y veinte carneros,

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Genesis 32 informa la preparación de Jacob para conocer a su hermano Esaú, a quien había engañado y traicionado años antes. El capítulo narra la lucha de Jacob con un hombre misterioso, que algunos interpretan como Dios. Jacob también envía regalos a Esaú con la esperanza de aplacar su ira y reconciliarse con él. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas del capítulo:

Salmo 34:19 - "Muchas son las aflicciones de los justos, pero el Señor lo entrega de todo". Este versículo refleja el estado mental de Jacob mientras se preparaba para conocer a Esaú. Tenía miedo y angustiado, preocupado por la ira de su hermano y las posibles consecuencias de sus actos pasados.

Oseas 12:3-4 - "En el útero, suplantó a su hermano, y en su fuerza luchó con Dios. Luchó con el ángel y prevaleció; lloró y lo complació. En Bethel lo encontró y habló con nosotros". Este versículo se refiere a la lucha de Jacob con el hombre misterioso en Génesis 32, que algunos interpretan como Dios o un ángel enviado por él. La lucha representa el esfuerzo de Jacob para confrontar y superar su pasado.

Proverbios 16:7 - "Cuando las formas del hombre le agradas al Señor, hace que incluso sus enemigos tengan paz con él". Este versículo es relevante para la situación de Jacob, que estaba tratando de aplacar la ira de su hermano Esaú enviando regalos y mostrando humildad. La idea es que cuando un hombre agrada a Dios, puede esperar que sus enemigos estén pacificados y la paz sea restaurada.

Ezequiel 36:26- "Te daré un nuevo corazón y pondré un nuevo espíritu dentro de ti; y tomaré de tu carne el corazón de la piedra y te daré un corazón de carne". Este versículo habla de la transformación que Dios opera en los corazones de las personas que lo buscan. Es una idea relevante para el proceso de transformación personal por el que Jacob estaba pasando, confrontando su pasado y buscando reconciliación con su hermano.

Gálatas 6:7 - "No te engañes: Dios no está arrancado de Dios; por lo que el hombre sembrará cosechar". Este versículo enfatiza la importancia de la responsabilidad personal y la justicia divina. Es una advertencia a Jacob y a todos los que buscan seguir a Dios para que puedan recordar que sus elecciones y acciones tendrán consecuencias, y que deben asumir la responsabilidad de ellos.