20. Por el contrario, dirigiéndome primero a los habitantes de Damasco, luego a los de Jerusalén y de todo el país de Judea, y finalmente a los paganos, les prediqué que era necesario arrepentirse y convertirse a Dios, manifestando su conversión con obras.





“Enquanto tiver medo de ser infiel a Deus, você não será’. Deve-se ter medo quando o medo acaba!” São Padre Pio de Pietrelcina