30. Al cabo de cuarenta años se le apareció un ángel en el desierto del monteSinaí, en la llama de una zarza ardiente.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina