Jeremías, 5

31. los profetas profetizaron con mentira, y los sacerdotes dispusieron a su guisa. Pero mi pueblo lo prefiere así. ¿A dónde vais a parar?

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Jeremías 5 es un capítulo en el que el Profeta Jeremías acusa al pueblo de Judá de ser infiel a Dios y desobedecer sus mandamientos, lo que resulta en un castigo divino. El capítulo habla sobre la falta de justicia y honestidad, el orgullo y la arrogancia de la gente, la corrupción e idolatría. A continuación hay cinco versos relacionados con estos temas:

Proverbios 10:9: "El que camina en integridad es seguro, pero que pervertirá sus caminos". El verso habla sobre la importancia de la honestidad y la integridad, algo que el pueblo de Judá estaba descuidando.

Micah 6:8: "Él te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno, y lo que el Señor requiere de ti: que la justicia, y ame la misericordia, y humildemente los andes con tu Dios". Este versículo enfatiza la importancia de la justicia y la humildad ante Dios, algo que el pueblo de Judá estaba ignorando.

Jeremías 7:5-6: "Pero si tiene que mejorar sus caminos y sus obras; usted está practicando justicia entre el hombre y su vecino, si no oprime al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derraman , ni derribar sangre inocente en este lugar, ni caminar después de otros dioses a tu propio mal, luego te haré vivir en este lugar, en la tierra que te di a ti y a tus padres para siempre ". Este versículo destaca la importancia de la justicia social, la compasión y la adoración exclusiva de Dios.

Jeremías 6:13-14: "Porque de los más pequeños a los más grandes, cada uno se entrega a la codicia; y del profeta al sacerdote, cada uno practica falsedad. Y sane la herida de mi pueblo ligeramente, diciendo: Paz , paz; cuando no hay paz ". Este versículo denuncia la corrupción de los líderes religiosos y de la gente en general.

Jeremías 2:11: "¿Cambiaste a alguna nación a sus dioses, incluso si no fueran dioses? Pero mi pueblo intercambió su gloria por lo que no sirve de nada". Este versículo destaca la idolatría del pueblo de Judá, que ha abandonado al Dios verdadero para adorar a los ídolos sin valor.