3. Judit había mandado a su sierva que se quedara fuera de su dormitorio y esperase a que saliera, como los demás días. Porque, en efecto, ella había dicho que saldría para hacer su oración y en este mismo sentido había hablado a Bagoas.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina