19. Y echándose polvo en sus cabezas, gritaban; y llorando y lamentándose, decían: ¡Ay, ay de la gran ciudad, que con su opulencia enriqueció a cuantos tenían naves en el mar, y en un momento ha sido desolada!





“Seria mais fácil a Terra existir sem o sol do que sem a santa Missa!” São Padre Pio de Pietrelcina