3. Ellos le dijeron: "El Dios de los hebreos se nos ha aparecido. Deja que vayamos al desierto, a tres jornadas de camino, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios, no sea que nos castigue con peste o espada".





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina