11. Pero el Faraón, viendo que se le daba respiro, endureció su corazón y no les escuchó, como había dicho el Señor.





“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina