Ezequiel, 16
7. y crece como la hierba de los campos. Y tú creciste, te desarrollaste y llegaste a la flor de tu juventud; se formaron tus senos y tu pelo brotó; pero seguías desnuda y descubierta.
7. y crece como la hierba de los campos. Y tú creciste, te desarrollaste y llegaste a la flor de tu juventud; se formaron tus senos y tu pelo brotó; pero seguías desnuda y descubierta.
“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina