6. Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos.





“O Anjo de Deus não nos abandona jamais.” São Padre Pio de Pietrelcina