30. A la vista de un ejército tan temible, oró así: "Bendito seas tú, oh Salvador de Israel, que quebrantaste la fortaleza de un gigante por medio de tu siervo David y entregaste el ejército de los filisteos a Jonatán, hijo de Saúl, y a su escudero.





“Peçamos a São José o dom da perseverança até o final”. São Padre Pio de Pietrelcina